Integrantes de doscientas cincuenta familias de Estados Unidos y en México se encontraron con un fuerte abrazo.
 
La Unión fraternal se dio gracias a la organización Red Fronteriza de Derechos Humanos, misma que logró que la patrulla fronteriza abriera las puertas del muro en la zona de Anapra y Sundland Park.
 
Tres mil personas lograron darse un abrazo y un beso mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.
 
La mayoría de los viajeros provenían de Phoenix, Denver, Kansas, Zacatecas, Durango, Ciudad de México y Puebla, así como fronterizos locales.
 
La vigilancia de lado mexicano la brindaron policías federales mientras del lado americano fueron los agentes de la patrulla fronteriza quiénes fueron testigos de las consignas de los familiares separadas por la frontera.
 
Información y vídeo: Luis Torres