Un grupo de militares encontró una toma clandestina en el oleoducto El Paso, Texas-Juárez el viernes 25 de enero del año en curso, mientras realizaba un recorrido de vigilancia atrás de la empresa Solvay Fluor.

En el lugar solo se apreció la tierra removida que fue usada para volver a tapar la línea alterada y una mancha del hidrocarburo emitía un fuerte olor a diesel.

Ya antes se había detectado la ordeña y fuga en el mismo tramo -el 22 de octubre de 2018- pero Pemex nunca emitió un comunicado al respecto durante el anterior sexenio.

 Datos emitidos por la Fiscalía General de la República (FGR) indican que durante un patrullaje diurno en conjunto entre sus elementos, militares del Noveno Regimiento de Caballería Motorizada y agentes de la Policía Federal (Gendarmería) detectaron una manguera de presión adherida al poliducto.

 Una llamada anónima alertó del robo del combustible a las corporaciones federales, pero al llegar al lugar no encontraron a los ladrones.

 La ubicación se encuentra a 500 metros de la estación Meseta de Ferromex rumbo al sur paralelo a las vías, en la zona llamada Granjas de Polo Gamboa.