21-septiembre-2018

 

La cascada de Cusárare es una bella caída de agua de treinta metros con un ruido estruendoso que despierta los sentidos para admirarla.

Un arroyo viaja por varias pendientes desde lo más alto de la sierra tarahumara para llegar al precipicio y otorgar un espectáculo en brisa.

Postrarse bajo la precipitación de gotas de cristal que brillan en arcoíris, refresca el rostro del expectante mientras el murmullo del agua ahoga los sonidos externos.

Una ruta de senderismo de tres kilómetros conduce a un bosque con pinos, decorado con enormes rocas apiladas en cañada, que deja al descubierto un paraje de belleza enigmática.